Pérdidas y duelos
Desde mi labor como Doula, a nivel profesional, he acompañado perdidas gestacionales tanto en abortos espontáneos como en interrupciones del embarazo en el primer trimestre y sus consiguientes duelos.
Han sido varias las veces que una mamá me ha pedido sostén y acompañamiento desde el momento que empieza a sangrar de manera espontánea y acudimos al hospital, como desde el momento en que decide interrumpir su embarazo y me pide apoyo en la gestión emocional y en el proceso.
Para mí es un honor que una mujer me dé la oportunidad de acompañarla en este momento de tanta intimidad. Desde mi figura como Doula y como madre y mujer que también ha transitado la experiencia de la pérdida y el duelo gestacional estos son algunos de los soportes en los que me he apoyado para este acompañamiento:
- Acojo sus miedos, su dolor, sus dudas y confusión no desde la salvadora si no desde una figura empática e incondicional.
- Sostengo su llanto, su rabia, su caos hormonal y sus expectativas rotas ante la posible llegada de un bebé.
- No juzgo y absolutamente siempre valido sus sentimientos y facilito el poder nombrarlos.
- Invito a que de espacio en su vida y en la familia a esa hija o hijo no nacido, al margen de la edad y el tiempo de gestación resignificándolo en el sistema familiar.
- Posibilito, si así lo desea la madre, la intimidad y el encuentro con el ser que habitaba su útero acogiendo el sangrado y tratando de identificar al bebe por muy pequeño que fuese, para de esta manera poder despedirse, enterrarlo o lo que necesite hacer en ese momento.
- Ritualizamos la despedida, creando un altar y poniéndole un nombre para tenerlo presente como parte de la familia.
- Sostengo el duelo con dedicación, entrega y cariño haciendo una escucha activa a sus necesidades y dando soporte logístico y emocional.
El conocer el sendero del bosque me da fuerza y confianza para cogerlas de la mano y acompañar sus pasos al ritmo que ellas marcan, abriendo la posibilidad de que escuchen su propio cuerpo conscientemente y no dejando que nadie robe uno de los momentos más importantes de la vida de una mujer y su familia.